El colegio de Justo Vila y Delgado Valhondo
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Alumnos y profesores llevan dos años recopilando historias, datos y anécdotas de este medio siglo
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Los dos escritores ejercieron en 'Nuestra Señora de Bótoa', que ahora cumple cincuenta años
Badajoz. El colegio Nuestra Señora de Bótoa ha protagonizado en los
últimos años una larga lucha por tener un nuevo edificio. Si los planes
se cumplen, el año que viene habrá traslado. Pero más allá de la
reivindicación, el centro atesora una historia de medio siglo que ahora
desempolva.
Tanto la asociación de padres como los profesores se han tomado el cincuenta aniversario como un punto de inflexión.
El acto principal se celebró ayer por la tarde en el aulario de la calle Cordero, junto al centro comercial La Plaza. Allí se reunieron antiguos alumnos, profesores y vecinos del barrio. No faltó la tradicional ofrenda floral a la Virgen. La imagen la encargó el primer claustro del centro, en el año 63, al maestro Silveira y se pagó por suscripción popular entre los vecinos.
El centro cuenta en estos momentos con 400 alumnos, pero en su origen fue uno de los más poblados, llegó a tener hasta 50 clases. En el centro llevan dos años investigando la historia del colegio. Alumnos y profesores han rescatado datos, documentación y anécdotas.
Han visitado la Económica o el Ayuntamiento para ver los datos de actas de las obras y en el Archivo Municipal han conseguido las fotos de la inauguración. En este repaso han descubierto, por ejemplo, que por el centro ejercieron de profesores tres escritores: Justo Vila, Delgado Valhondo y José Luis Gutiérrez.
El poeta Jesús Delgado llegó en el año 68, al poco tiempo de abrir, y en aquel claustro también estaban Joaquín García Guerra y Máximo Guerrero.
Justo Vila ocupó su plaza entre 1975 y 1982. Algunos de los maestros que han pasado por el centro se vieron recientemente en un encuentro organizado al que también asistieron miembros de las distintas ampas. «Fue emocionante», recuerda Emilia Ramos, la directora actual.
Nuestra Señora de Bótoa empezó a funcionar en la calle Stadium, pero se quedó pequeño y se dividió en dos sedes. La originaria y el aulario de la calle Cordero. Esa división se mantiene en la actualidad. Desde Infantil a segundo en un sitio y desde tercero a sexto a otro.
La división supone un problema para cuadrar el horario de los profesores o el reparto de los recursos. A muchos padres también le supone un trastorno porque hay familias con dos hijos en el centro, pero cada uno en un sitio, lo que en la práctica obliga a organizarse como si fueran dos centros distintos.
Las obras para la unificación en la calle Cordero ya han empezado y las previsiones pasan por el traslado antes de que termine 2015. Los alumnos de tercero a sexto abandonarán el edificio de la calle Stadium el próximo curso.
En el centro reconocen que todos estos inconvenientes han restado atractivo al centro, por eso esperan que con la reforma familias del barrio vuelvan de nuevo a solicitar Nuestra Señora de Bótoa en las preinscripciones de cada curso.
Ramos alaba al equipo de profesores que dirige. «Gente joven, con iniciativa y que se mueven muchísimo». Y pone varios proyectos educativos que han puesto en marcha.
Ahora por ejemplo clausuran un trabajo sobre la fundación de la ciudad. Durante todo el curso han organizado talleres y actividades relacionadas con la historia de Badajoz.
La diversidad y la integración de chicos de diferentes países es uno de los valores de los que más presume la directora.
La semana que viene recogerán el premio Joaquín Sama, uno de los más prestigiosos a nivel educativo, por su proyecto de atención a la diversidad en la biblioteca. Los niños con más dificultad aprendieron el funcionamiento de una biblioteca y ellos mismos ejercieron después de maestros y guías para el resto. «Para muchos fue un extra de autoestima explicar cosas a los demás».
También han puesto en marcha 'viajando con el circo'. En Educación Física aprenden habilidades de malabares en grupo, las graban y las comparten en una especie de red social cerrada en la que participan colegios de toda España.
En Nuestra Señora de Bótoa tienen la sensación de que dejan atrás una época . «Siempre ha sido un colegio emblemático». Lo dice la directora sobre una mesa en la que hay tortilla y cuscús.
Tanto la asociación de padres como los profesores se han tomado el cincuenta aniversario como un punto de inflexión.
El acto principal se celebró ayer por la tarde en el aulario de la calle Cordero, junto al centro comercial La Plaza. Allí se reunieron antiguos alumnos, profesores y vecinos del barrio. No faltó la tradicional ofrenda floral a la Virgen. La imagen la encargó el primer claustro del centro, en el año 63, al maestro Silveira y se pagó por suscripción popular entre los vecinos.
El centro cuenta en estos momentos con 400 alumnos, pero en su origen fue uno de los más poblados, llegó a tener hasta 50 clases. En el centro llevan dos años investigando la historia del colegio. Alumnos y profesores han rescatado datos, documentación y anécdotas.
Han visitado la Económica o el Ayuntamiento para ver los datos de actas de las obras y en el Archivo Municipal han conseguido las fotos de la inauguración. En este repaso han descubierto, por ejemplo, que por el centro ejercieron de profesores tres escritores: Justo Vila, Delgado Valhondo y José Luis Gutiérrez.
El poeta Jesús Delgado llegó en el año 68, al poco tiempo de abrir, y en aquel claustro también estaban Joaquín García Guerra y Máximo Guerrero.
Justo Vila ocupó su plaza entre 1975 y 1982. Algunos de los maestros que han pasado por el centro se vieron recientemente en un encuentro organizado al que también asistieron miembros de las distintas ampas. «Fue emocionante», recuerda Emilia Ramos, la directora actual.
Nuestra Señora de Bótoa empezó a funcionar en la calle Stadium, pero se quedó pequeño y se dividió en dos sedes. La originaria y el aulario de la calle Cordero. Esa división se mantiene en la actualidad. Desde Infantil a segundo en un sitio y desde tercero a sexto a otro.
La división supone un problema para cuadrar el horario de los profesores o el reparto de los recursos. A muchos padres también le supone un trastorno porque hay familias con dos hijos en el centro, pero cada uno en un sitio, lo que en la práctica obliga a organizarse como si fueran dos centros distintos.
Las obras para la unificación en la calle Cordero ya han empezado y las previsiones pasan por el traslado antes de que termine 2015. Los alumnos de tercero a sexto abandonarán el edificio de la calle Stadium el próximo curso.
En el centro reconocen que todos estos inconvenientes han restado atractivo al centro, por eso esperan que con la reforma familias del barrio vuelvan de nuevo a solicitar Nuestra Señora de Bótoa en las preinscripciones de cada curso.
Ramos alaba al equipo de profesores que dirige. «Gente joven, con iniciativa y que se mueven muchísimo». Y pone varios proyectos educativos que han puesto en marcha.
Ahora por ejemplo clausuran un trabajo sobre la fundación de la ciudad. Durante todo el curso han organizado talleres y actividades relacionadas con la historia de Badajoz.
Comidas del mundo
Celebraron el carnaval con temática árabe, visitaron Marvao y han
conocido algunos personajes claves como Ibn Marwan. Los pasillos se han
decorado con temática árabe y ayer celebraron un zoco multicultural con
comida de los países de origen de los alumnos inmigrantes. La diversidad y la integración de chicos de diferentes países es uno de los valores de los que más presume la directora.
La semana que viene recogerán el premio Joaquín Sama, uno de los más prestigiosos a nivel educativo, por su proyecto de atención a la diversidad en la biblioteca. Los niños con más dificultad aprendieron el funcionamiento de una biblioteca y ellos mismos ejercieron después de maestros y guías para el resto. «Para muchos fue un extra de autoestima explicar cosas a los demás».
También han puesto en marcha 'viajando con el circo'. En Educación Física aprenden habilidades de malabares en grupo, las graban y las comparten en una especie de red social cerrada en la que participan colegios de toda España.
En Nuestra Señora de Bótoa tienen la sensación de que dejan atrás una época . «Siempre ha sido un colegio emblemático». Lo dice la directora sobre una mesa en la que hay tortilla y cuscús.
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