Llegué
al colegio en el 91 y me marché en el 2016 al jubilarme. Mi labor
fue la de especialista en Educiación Física, excepto los últimos
cuatro cursos que me pasé a Primaria.
Durante
estos 25 años, que se han pasado volando, he tenido la suerte de
compartir la docencia con magníficos compañeros y compañeras,
comprometidos con mejorar los niveles de los alumnos y embarcarse en
multitud de proyectos.
He
pasado distintas etapas: la EGB, la ESO y finalmente la E. Primaria,
por lo tanto he vivido distintos planes de estudio con lo que ello
conlleva.
Muchas
han sido las promociones de alumnos y alumnas con las que viví
buenos momentos en el día a día, porque tengo que decir, que salvo
algunas excepciones, he desempeñado la labor docente sin sobresaltos
y recibiendo mucho por parte del alumnado, sobre todo su cariño. De
ahí que en tantos años yo he querido corresponderles acompañando
en las excursiones realizadas, que han sido muchas. Quizás haya sido
el más viajero de estos 25 años. Muchas de ellas fueron al país
vecino, Portugal, con la implantación del portugués: Lisboa,
Sintra, Setubal, Óbidos, Nazaret, Sesimbra, Évora, Marvao. También
a espacios naturales: Monfragúe, Garganta de los Infiernos, Sierra
de San Pedro, La Jayona, Los Barruecos, Valencia de Alcántara y sus
dólmenes y las típicas de Cáceres y Mérida. Sin olvidar
Torremolinos, Galicia, Salamanca, Madrid y Barcelona.
De
todas tengo magníficos recuerdos, a pesar del trabajo que supone,
disfruté porque compartí buenos momentos con compañeros y alumnos
sin sufrir percances dignos de reseñar.
Resumiendo,
he sido un agraciado en esta profesión y a pesar de las deficiencias
que tuve que padecer junto a los alumnos por la precariedad de
instalaciones dignas, decidí quedarme y desempeñar mi labor en la
medida de lo posible, lo cual no me pesa en absoluto.
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