Corría el año 1970
cuando me destinaron por Concurso como Profesor de Pedagogía
Terapéutica en una de las tres unidades de Educación Especial que
funcionaba en el colegio Nuestra Señora de Bótoa y que sus
profesores eran D. Manuel Galán Molina, Doña Marisa Figuerola
Miñambre y D. Emiliano Buenadicha Martín.
Éramos pioneros en estas
unidades y yo muy identificado con el trabajo tan ilusionante, y muy
compenetrados. Al paso de unos años se creó la Unidad de Logopedia
que pasó a impartir D. Manuel Galán que poseía el título
requerido y en su puesto quedado libre, fue cubierto por Doña Nieves
González.
Nuestra directora era
Doña Marisa Tamayo Zugasti, muy comprometida y eficiente. El colegio
N.S.de Bótoa estaba formado por el colegio del Hoyo (calle
Estadium), el del Llano (calle Cordero), las unidades de las Latas,
que después sería Pastor Sito y otras unidades dispersas que
funcionaban en cocheras mal adaptadas. Todas dependiendo de la misma
dirección ¡Eran heladoras!
Yo estuve durante ocho
cursos encargado del comedor escolar que estaba ubicado en el Hoyo y
como mi unidad estaba en el del Llano, me tenía que desplazar con
los alumnos de los otros lugares con mucha prevención y orden
durante el trayecto. La cocinera era la señora Eusebia ayudada por
su hermana , la señora Isabel y la verdad es que eran muy eficientes
y de muy buenos gustos.
Mi mujer ejerció en las
cocheras de Antonio Domínguez y pasó frío y calor como los de las
"Latas".
Las tres unidades estaban
graduadas en función de edades. Como tres unitarias y después de
estudiar su C.I, su desenvolvimiento y espectativas, al que destacaba
en alguna disciplina se le integraba provisionalmente en unidad
ordinaria del centro con el consiguiente consentimiento del maestro y
continuo seguimiento por nuestra parte. Y si encajaba en esa unidad
se INTEGRABA siempre que no hubiese retroceso.
Estos alumnos de
Educación Especial permanecían en sus clases- aulas con sus
tratamientos específicos. Pero se integraban en todos los eventos de
relevancia con el resto del colegio compartiendo el recreo, el
comedor y actos religiosos que se promovían con normalidad. Eran
alumnos límites a los que se les motivaba para su éxito personal.
Yo utilicé las técnicas de psicomotricidad y musicoterapia en el
tratamiento de mis alumnos.
He de aclarar que el
colegio del sector A era el del Hoyo que estaba en la calle Estadium
y el del Llano, "el llano de Cachola",e la calle Cordero.
El resto de unidades fueron desapareciendo. El de las "Latas",
se transformó en el Pastor Sito y el resto de unidades de la
barriada de Antonio Domínguez se integraron en los tres centros que
quedaron.
Nuestro centro quedó
constituído por los dos edificios y el resto se independizó.
Nosotros llamábamos a los maestros de la calle Estadium,
"catedráticos" porque tenían a los mayores y se daban
"más pisto".Posteriormente a los maestros se les llamó
profesores de EGB pero a mí siempre me gustó más lo de Maestro.
He de reseñar que en
aquellos años primeros de mi estancia, que fueron 28 años
ininterrumpidos y que gracias a Dios por mi salud, puedo afirmar que
no falté´e a clase " los días que forman los dedos de las
manos". Asistí aún cuando la fiebre se me apoderaba. Era muy
exigente conmigo para la asistencia y la puntualidad. De ello me
enorgullezco. Pues bien, el maestro en esa época ganaba muy poco
dinero y se establecieron las clases del las"PERMANENCIAS"
que consistían en quedarse en clase después de la jornada oficial,
cada maestro con su clase y el alumno pagaba una cantidad a su
maestro y después esas cantidades se repartían entre todos los
maestros por igual cantidad independientemente de los alumnos que
hubiese tenido cada maestro.
Nos tocó muy de cerca la
"RIADA célebre" con vivencias espectaculares negativas.
Los directores que
pasaron por el centro durante mi estancia que ya dije 28 años fueron
doña Marisa Tamayo, muy exigente con los maestros pero defensora de
ellos en todos los campos. Otro director pero muy fugaz fue el señor
Triguero. Al cesar este ejerció de director el compañero Joaquín
García Guerra. Otro director de oposición fue don Julio Martín
Blasco. Muy meticuloso con los papeles de la mesa en contraposición
con doña Marisa Tamayo. Era muy ordenado y eficaz. Así pues qué
contrapunto entre doña Marisa y don Julio. Ella muy dispuesta,
autoritaria y de bien hacer y su mesa siempre llena de papeles
entremezclados; pero que ella encontraba con precisión. Don Julio
era muy exigente con los papeles que los clasificaba y los hacía
desaparecer de la mesa con celeridad. Era también eficaz. Al
jubilarse don Julio fue nombrado director del centro don Manuel Galán
Molina, profesor de Logopedia, muy completo y eficaz. Y ya desde ese
momento solicitando de la administración la construcción de un
nuevo centro que absorbiese a los dos existentes. Al cesar don Manuel
Galán accedió y fue nombrada directora del centro doña M.
Iluminada Criado, oriunda de Salamanca, muy comprometida con todo y
en especial siguió luchando por la construcción del nuevo centro.
Cuando se jubiló doña María pasó a ser directora doña Emilia
Ramos Silva, bajo su dirección se construyó por fin el nuevo centro
tan ansiado y demandado por esta directora, habiendo sido construído bajo mandato dep PP.
Yo siempre lo comentaba
con el profesor de Música, director del coro catedralicio, que había
que inaugurarlo con solemnidad.
Hago mención especial
al"catedrático" don Manuel Thomas al que yo llamaba
"Elemento Unitivo" que siempre estaba dispuesto a ser un
mediador entre el Sector A y B.
Ha habido personas muy
destacadas en todos los sectores de ALUMNOS del colegio público Ntra
Sra de Bótoa. Entre otros don Fermín González actual padre
espiritual del Seminario Diocesano de Badajoz, quien se recuerda del
mes de mayo a la Virgen María en el centro que lleva su nombre y
conserve una imagen que se venere con devoción. Yo la suelo visitar
en el mes de mayo y le presento una planta oriunda de donde nació la
Virgen María, "Nazaret".
Deseo al nuevo centro
mucha suerte bajo la protección de Ntra Sra de Bótoa. Yo fui muy
feliz el tiempo que permanecí. Ahora la directora es doña Pilar
Macho Morales.
Emiliano Buenadicha Martín